El humor está de luto: murió la extraordinaria Nelly Láinez
Fue una figura excluyente del humor en el cine y la televisión. Tenía 88 años. Brilló en “la Tuerca” y trabajó con Antonio Gasalla. El humor argentino hoy está triste
31/05/08
31/05/08
Por Roberto Aguirre Blanco
Era una novia de barrio. Después de quince años de espera, su novio la seguía visitando en su casa “calentando silla” y aprovechándose de la devoción de la mujer. Ella lo corría por todo el comedor con una sola suplica: “¡Quiero una prueba de amor!”.
El histrionismo que desplegaba la inolvidable Nelly Láinez en ese sckecht de “La Tuerca”, en la década del setenta, marcó a fuego a la humorista que se ganó la devoción de los espectadores que siempre la recordaron.
Nelly Láinez falleció en la madrugada de este sábado a los 88 años en el Sanatorio Modelo de Mataderos, luego de vivir alejada del espectáculo en los últimos años recluida en un geriátrico de ese barrio porteño.
Ella misma se alejó después de su última aparicion pública hace más de 15 años cuando Antonio Gasalla la convocó para participar en varias temporadas de su ciclo televisivo y se transformó en la única figura femenina del renombrado comediante.
Fue un regreso con gloria para la actriz que hacía mucho que no trabajaba y además un golpe de timón en su carrera, porque le devolvió una popularidad que estaba dormida y que la puso en un lugar de privilegio que merecía.
Con Gasalla demostró gran parte de todo lo que había aprendido en más de 60 años de profesión, tras su debut cinematográfico en 1950 en el film “Cinco grandes y una chica”, la primera de sus 24 películas.
En ese momento ya llevaba más de una década de trabajo teatrales y en vodeviles, espacios donde se formaron gran parte de los humoristas del siglo pasado, una escuela de burlesque y comicidad de grandes como Pepe Biondi, Fidel Pintos y otros tantos.
En el “Mundo de Gasalla” fue la contracara perfecta de los personajes del bufo y con su figura tan especial y su máscara facial particular, hizo reír sin golpes bajos, en un espacio donde la mujer no tiene tantas chances como los hombres.
Fue un hermoso final para una rica carrera que incluyó en los primeros años de los noventa ser galardonada con el Martín Fierro por su labor televisiva y participar en varios ciclos radiales haciendo lo más que sabía: hacer reír.
Su mejor momento anterior había sido sin dudas en la década del setenta, donde brilló durante más de seis años en el elenco de “La Tuerca”, uno de los programas humorísticos más importantes de la televisión nacional, además de actuar en cine y en teatro de revistas, siempre como segunda pero efectiva figura.
Su última película fue en 1981, “Gran Valor”, donde personificó a la madre de Juan Carlos Calabró, y a partir de allí fue una desocupada que tuvo que salir a trabajar en otros oficios hasta que Gasalla la rescató del ostracismo y la devolvió con justicia a los primeros planos.
Siempre se jactó de no “estudiar ningún libreto” y de improvisar sobre la puesta que el director pretendía. En ese espacio Nelly demostró gran habilidad para hacer valer sus caras divertidas, y con un cuerpo opulento convertirse en la anti héroe que hacía divertir sin vueltas.
El humor llora a Nelly Láinez, pero seguramente ella ya estará con algunos de sus personajes haciendo reír sanamente en otro tiempo espacial. Hoy allí hay fiesta, nadie estará triste. En esta vida, como siempre, es mejor pensar que no la vemos “porque está en gira”.
FUENTE: ASTERISCOS.TV
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